Monday, May 9, 2011

HIV+ Inspiring Stories


RAUL ROLDAN


RAÚL Roldán ha vivido dos vidas. La primera fue antes del VIH: cuando tenía once años fue abandonado por su padre en Tijuana y luego pasó años viviendo en las calles de San Diego, trabajando esporádicamente para mantener su adicción a la metanfetamina. Estuvo casado un tiempo, y apenas conoce a su hija, que nació en el año 2000.

En 2006 comenzó la segunda vida de Raúl, cuando fue diagnosticado con VIH mientras participaba de un programa de rehabilitación del abuso de drogas. El conteo de CD4 de Raúl ya estaba debajo de 300. Sin embargo, le tomó un tiempo incluso aceptar que era positivo. "Ése fue el principal obstáculo que tuve que superar, el estigma que llevaba dentro", dice. "Me sentía incómodo con mi diagnóstico porque todo el mundo dice que se trata de una enfermedad gay o que es esto o aquello, y yo era tan ignorante como ellos".



Raúl encontró un centro de atención ambulatoria donde lo educaron acerca del VIH y lo conectaron con los servicios que necesitaba. Un grupo de apoyo heterosexual en Christie's Place se convirtió en algo así como la familia que nunca tuvo. Actualmente su VIH está bajo control, gracias a los medicamentos antivirales. Raúl dejó de consumir metanfetamina para siempre en 2006. Ahora tiene un trabajo estable como trabajador social especialista en casos de VIH y está firmando su primer contrato de alquiler de un apartamento. Comenzó a contribuir a la manutención de su hija y ahora la visita regularmente.

"La cosa más importante que me enseñó el VIH es a vivir mi vida", dice Raúl. "He aprendido que el VIH es tan sólo una pequeña parte de quien soy: tengo ojos pardos, pelo negro, piel morena. Sólo es un parte de lo que soy. No es todo. La vida es lo que tú hagas de ella, y por eso me esfuerzo en tener una buena vida".

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