Dos hombres, infectados con VIH, se curaron al parecer espontáneamente gracias a la integración en su ADN de una forma degradada del virus, reveló ayer un estudio científico.
Los dos pacientes estaban infectados con el VIH sin jamás haber estado enfermos ni tener una cantidad detectable de virus en la sangre, señalan los autores del estudio cuyos resultados se detallan en la revista especializada Clinical Microbiology and Infection. Ninguno de los dos había sido tratado.
"Esta observación representa una pista para la cura" del Sida, explicó a la AFP Didier Raoult, profesor de la facultad de medicina de Marsella (Francia), coautor del informe con otro equipo francés dirigido por el profesor Yves Levy.
El análisis realizado gracias a tecnologías modernas permitió reconstituir el virus hallado en el genoma de los pacientes.
Los investigadores lograron demostrar que el mismo estaba inactivado por un sistema de interrupción de la información suministrada por los genes del virus. El sistema, denominado "codon-stop" marca el fin de la traducción de un gen en proteína. El virus se vuelve incapaz de multiplicarse aunque permanece presente en el ADN de los pacientes.
Esas interrupciones se deben al parecer a una enzima conocida, el Apobec, que forma parte del arsenal de que disponen los seres humanos para luchar contra el virus, pero que habitualmente queda desactivada por una proteína del virus.
El trabajo abre perspectivas de cura a través de la utilización o la estimulación de esa enzima, y también de detección, en los pacientes recién infectados, de aquellos que tienen una posibilidad de curarse espontáneamente, según los autores.
Según Raoult, podría además conducir a una revisión de la definición de curación que actualmente reposa únicamente en la idea de deshacerse del virus.
Ninguno de los dos tenía otros factores de resistencia al VIH conocidos.
El estudio reposa sobre la hipótesis de que el virus del Sida -un retrovirus que se integra en el ADN humano- tendría el mismo destino que los cientos de retrovirus ya integrados en el ADN de los mamíferos, incluyendo el ser humano.
La hipótesis proviene además de la observación realizada en koalas de que un virus de mono, causante de cáncer y leucemias, ya no los enferma tras la integración y la neutralización del virus en su genoma, explica Raoult.
"En los koalas que se han vuelto resistentes a este virus del mono a través de ese mismo fenómeno de integración o de endogenización, la resistencia es transmisible a la descendencia", destaca Raoult.
Para los investigadores, se trata de un mecanismo probablemente muy común en otras epidemias anteriores. Por lo tanto, es lógico pensar que se produce en cierta cantidad de pacientes infectados con el virus del sida.
El estudio, comentó el profesor francés Yves Levy, "es una observación interesante y una primera demostración, con el virus VIH, de algo que la naturaleza supo hacer con otros virus a lo largo de la evolución".
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