Monday, August 21, 2023

Global HIV statistics !

39.0 million [33.1 million–45.7 million] people globally were living with HIV in 2022.

1.3 million [1 million–1.7 million] people became newly infected with HIV in 2022.

630 000 [480 000–880 000] people died from AIDS-related illnesses in 2022.

29.8 million people were accessing antiretroviral therapy in 2022.

85.6 million [64.8 million–113.0 million] people have become infected with HIV since the start of the epidemic.

40.4 million [32.9 million–51.3 million] people have died from AIDS-related illnesses since the start of the epidemic.

Tuesday, January 17, 2023

My gay crush

I was 11, and my first gay crush was "Marky Mark" Wahlberg. Initially, I didn't like his cocky attitude in his "Good Vibrations" video.
But my hormones soon kicked in after a few months of being mesmerized by his sweaty moves in arty black and white.
And then?
I wanted him to push ME against a chain-link fence, like the lucky female model in the video.
Then his workout tape came out. But I didn't buy it until I was 15 or so, in the bargain bin at K-Mart. I remember being so nervous as I bought it, so my mom and sister wouldn't see. The cashier was almost laughing at my obvious nervousness.

I hid the video inside my coat to leave, and often hid the workout tape at home. I was never able to watch it for very long, thanks to my hormones. And sure enough, I got forgetful once and left the tape in the living room as my family was spring cleaning.
I was clearly embarrassed as my nosy sister asked why I had the tape. And, why I didn't seem as fit as Marky or his workout buddies in the tape.
I attempted to actually use the workout tape for its intended purpose. But again, I could rarely make it past the first few minutes. Which is when they show Marky waking up in bed, in nothing but his Calvin's.

JD - Augusta, GA

Tuesday, June 28, 2022

Catar 2022: lucir la bandera LGBTI se castigará con entre 7 y 11 años de cárcel

Con el Mundial de Catar 2022 acercándose a pasos agigantados, más detalles polémicos se siguen conociendo respecto a la principal cita futbolística en el país de Medio Oriente.

La última de ellas, de acuerdo a El Confidencial, es que autoridades catarís confirmaron que portar la bandera LGBTI durante el certamen será castigado con hasta 11 años de cárcel.

Nasser Al-Khater, portavoz del Mundial, afirmó en conferencia de prensa “quien luzca la bandera LGTBI en el Mundial será arrestado por 7 u 11 años”.

“Catar es un país islámico y se debe respetar su religión”, agregó la autoridad para justificar la medida.

Unas declaraciones que se viralizan al mismo tiempo en que alrededor del mundo se conmemora el Día del Orgullo y por el cual FIFA, ente rector del fútbol internacional, se sumó luciendo los colores arcoíris en sus redes sociales.

Wednesday, March 2, 2022

ENFRENTANDO LOS NUEVOS TIEMPOS

Acá estoy nuevamente. Mucho ha sucedido en estos años.

Justo antes de la pandemia, viajé a Europa en un viaje SOÑADO.

En España estuve en Madrid, Barcelona, Toledo. En Italia visité Roma, Venecia y Capri y en Francia me enamoré de PARIS que es una ciudad hermosa al igual que sus hombres.

Ya les contaré detalles de toda esta travesía, que al regresar me situó en New York por 2 semanas.

Y APARECIO ESTE VIRUS MALDITO, que nos cambió la vida para siempre.

También les contaré cómo experimenté la infección con OMICRON.

Saturday, October 9, 2021

OMG...I´m back after 5 years

wow...no lo puedo creer, hace 5 años que OLVIDÉ la contraseña de este blog.

Y creamne que intenté una y mil formas de recordarla o recuperarla...pero jamás me resultó.

Y hoy revisando una vieja agenda...finalmente la ENCONTRÉ.

PRONTO LES ESTARÉ CONTANDO QUE HA SIDO DE MI VIDA...

Monday, September 19, 2016

OMG...QUELLE HORREUR !!!
Clínicas que "curan" la homosexualidad en China

CHONGQING.- Tras confesar a su mujer que era homosexual, Yu Hu vivió un calvario de 19 días en un hospital psiquiátrico que pretendía "curarlo" a pesar de que China no considera la homosexualidad como una enfermedad mental desde 2001.

La mujer de Yu aceptó rápidamente el divorcio, pero fue su propia familia la que decidió ingresarlo a la fuerza en el hospital, del que pudo salir gracias a la movilización de su compañero sentimental y defensores de los derechos humanos.

Lo que vivió Yu, de 32 años, no es un caso aislado en China, donde a pesar de la evolución de la legislación y de las costumbres, prosperan la terapias de "conversión". Durante 19 días, debió resistir los golpes propinados por los empleados y tuvo que tomar unos comprimidos destinados a "corregir" su orientación sexual.

Luego de ser liberado por la policía de la provincia de Hunan, en la zona centro de China, alertada por su compañero, decidió llevar el caso ante la justicia que juzgará este nuevo caso de "terapia de conversión".

"¡No me pasó sólo a mí! Esto debe terminar", insiste Yu que sigue sufriendo pesadillas. El personal médico "debe ser condenado. Ser gay no es un crimen, lo que me hicieron sufrir sí", agrega.

Yu exige que el hospital se disculpe públicamente y que se reconozca que la homosexualidad no es una tara.

China retiró la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales y desde entonces los "camaradas" (como se apoda a los homosexuales) han tenido una mejor aceptación social, sobre todo entre los jóvenes urbanos. Sin embargo, siguen siendo discriminados y sufriendo presiones familiares. Muchos de ellos, hijos únicos, se resignan a casarse para satisfacer las aspiraciones de sus padres y darles nietos.

Las "terapias de conversión" -que los expertos consideran no científicas, ineficaces e, incluso, peligrosas- siguen siendo propuestas por numerosas clínicas, que no dudan en abusar de la angustia de los jóvenes homosexuales o de la inquietud de sus familias.

En diciembre de 2014, un tribunal de Beijing condenó a una clínica en la localidad de Chongqing que practicaba tratamientos para "curar" la homosexualidad. Los jueces consideraron entonces que la homosexualidad no era una enfermedad. La clínica tuvo que indemnizar a Yang Teng, un hombre traumatizado por electrochoques, aplicados en las partes genitales. Pero a pesar de esa condena, las clínicas de la megalópolis de Chongqing continúan actuando con total impunidad recurriendo a electrochoques, camisas de fuerza, encierro e incluso castración química.

Un tratamiento cuesta cerca de 3 mil dólares, pero los gastos pueden subir si los médicos consideran que se necesitan "tratamientos" complementarios, dice el colectivo LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transgéneros) de Beijing.