Monday, April 19, 2010

HIV+ Inspiring Stories

The second story is about ALVARO MIGUEL a brave gay guy from colombia.


“Es mejor que se quede callado, antes de que le llenemos esa boca de gusanos” ; fue una de las tantas amenazas que recibió Álvaro Miguel antes de tener que salir del país, como refugiado político. Su liderazgo y valor en la defensa de los derechos de las personas que como él, viven con vih o sida en zonas de conflicto armado en Colombia, lo llevaron a esta situación, ahora ha decidido regresar al país y continuar con su proyecto de vida, que como nos comenta, tiene sentido en Colombia.

¿Como transcurrió tu vida antes del activismo?


Nací en Bogotá, pero tengo cultura llanera, porque allí me crié: en el campo y en Villavicencio, en donde viví hasta los 15 años, a esa edad mi familia se entero que yo era homosexual, entonces me volé de la casa y termine en Buenaventura durante casi un año, por temor a enfrentar mi familia, y por que siempre se expresaban muy mal de los “maricas”; allí viví a plenitud la vida gay,

Mi primera pareja era un médico, en esa época se empezaba hablar del sida, pero él me dijo que eso no llegaría a Colombia y que era un estigma más para los Gay, como era médico ¡le creí!; También me presente y fui aceptado en el Seminario Mayor de Buenaventura pues quería seguir estudiando, tuve que regresar a Villavicencio por mis papeles para poder matricularme, mi mamá y mi familia me acogieron bien, sin rechazo y decidí quedarme, aunque algunos tíos siempre guardaron distancia conmigo.

Sin embargo, fui un excelente estudiante, el primero de mi familia en terminar el bachillerato, me gradué como Ingeniero Agrónomo en la Universidad de los Llanos. Un titulo bajo el brazo favorece la aceptación social, familiar; y te empieza a generar un status.

El activismo comenzó por una necesidad personal al saber que vivía con vih, en el 1996 no había medicamentos, se sentía la estigmatización, no había legislación, personal medico bien entrenado, supe que no era el único y que esto no solo afectaba a los homosexuales. Me toco una época, muy dura. Eso me motivo a investigar pensar de otra manera y hacer activismo.


¿Como te enteraste?

Bueno, fue en 1989, yo acaba de ingresar a la universidad en Villavicencio y allí la Cruz Roja realizó una campaña de donación de sangre, fui uno de los donantes y mis resultados fueron positivos; creó que fue uno de los primeros casos allá, aunque no fui el primero en enterarme, ya que a través de Bienestar Estudiantil, por la Radio y por varios avisos colocados en la universidad empezaron a buscarme y a hacer brigadas para encontrarme, pues se suponía que iba a empezar a infectar a todo el mundo, así que muchos se enteraron primero que yo, nunca tuve asesorías de ningún tipo, el médico me dijo que solo me quedaban 5 años de vida, me trato como una basura en forma muy despectiva y me dijo que eso solo le daba a los homosexuales, me hizo sentir culpable; mis amigos fueron estigmatizados pues decían que eran mis amantes y que también tenían sida, fue una época dura, no existían medicamentos, ni información.

¿Amor y Salud?

Bueno en el amor he sido tratado bien, mi primer amigo fue un médico, durante mi carrera tuve una pareja por varios años, él no tenía vih, siempre me apoyo, fue mi bastión, siempre le recordare y ocupa un lugar en mi vida. Otro personaje cuyo nombre no quiero recordar, me hizo mucho daño, hoy en día es cura en el vaticano.

Con mi pareja actual llevamos siete años y estamos bien; es un ser especial, menor que yo, hermoso, inteligente, seguimos enamorados, ambos tenemos una mentalidad abierta, es la historia de amor más bonita, tenemos proyectos de vida juntos y a pesar de la distancia y los obstáculos ahi vamos .No vive con vih.

En cuanto a salud, tuve mi primera recaída por una alergia en el 93, fui atendido en Bogotá, me volvieron a tomar la prueba y resulto negativa, yo estaba convencido que como practicaba una religión hindú llamada Saja Yoga me había curado, el médico especialista que me trato me dijo que yo no tenia nada, y le creí. En 1996 estaba en Bogotá realizando la práctica empresarial con cultivos de flores; empecé a enfermarme, una diarrea impresionante, se me inflamaron los ganglios, y perdí mucho peso, le dije a la médica del Seguro Social de Tabio que me atendió que me hiciera la prueba que yo tenia vih, ella dijo que no, que eso solo era una inflamación y una infección por algo que había comido. Me formulo una pomada, para desinflamar los ganglios. ¡Que Tal!

Regresé a Villavicencio a morirme, empecé a empeorar, me dio meningitis por criptococo, y estuve en estado de precoma un tiempo, un Neurólogo que me atendió un ángel, muy bello que de su propio bolsillo mando a pedir Fluconazol liquido a USA (en ese momento no lo había en el país). Me empecé a recuperar, sin embargo, al año y medio me dio toxoplasmosis y estuve peor, el médico me dijo que le montará una obra de teatro para un encuentro nacional de Neurólogos, me pago por la obra muy bien, esa fue una motivación para seguir viviendo, la obra fue un éxito y poco a poco me recuperé.

¿Que te llevo al exilio?

Bueno, las actividades en el grupo y en la ONG fueron innumerables: educación con diversas comunidades, defensa de derechos, apoyo a PVVS, familia, teatro para la prevención, etc., No solo en Villavicencio sino en otras regiones del llano, éramos un grupo multidisciplinario, realizamos trabajo con EPS y con la Secretaria de Salud; Se creo la Fundación San Antonio de Padua, con mi amigo Juan Manuel Estrada y Martha Ortiz, de la cual fui el primer presidente; nuestras acciones tuvieron mucho impacto.

Todo confluía alrededor de ¡Compartamos!, entonces tuvimos que empezar a interactuar también con la guerrilla, quienes estaban realizando pruebas masivas en la zona de distensión, primero les tomaban las muestras y daban una semana para abandonar la zona a quienes resultaban positivos, el resto de población era carnetizada y era un documento más de identificación obligatorio. Nos enteramos que mataron a diez personas y las arrojaron al río por tener vih; según ellos querían tener la zona “limpia”.

Como ONG fuimos y constatamos que contrataron a dos bacteriólogas y obligaban con arma en mano a todo el mundo a hacerse la prueba (pruebas rápidas, sin asesorias ni confidencialidad) las filas eran numerosas de las personas haciéndose la prueba y pagando dos mil pesos. Como ONG empezamos a hacer gestión, a denunciar, a través de correos electrónicos dirigidos al Secretariado de las FARC, logramos que ordenarán parar las pruebas masivas, con la respuesta del Secretariado nos reunimos en el municipio de Vista hermosa con el alcalde y lo jefes guerrilleros de la zona y se detuvo la acción el 12 de octubre del 2002, ese día había 9 mil personas haciendo fila para hacerse la prueba.

Empezamos a hacer educación a la población con teatro, con testimonios, hablando de la legislación, de sus derechos, etc. Desde luego esto generó polémica y contradicciones al interior de la guerrilla, y empezaron a lloverme amenazas, además de muchos sectores, ya que también habíamos trabajado con paramilitares que estaban haciendo campañas de desalojo a jóvenes homosexuales, e incluso con el ejército que realizaba discriminación a las PVVS.

Como fui testigo y tenía pruebas era una persona peligrosa para todos estos sectores. La fiscalía, la Defensoría del Pueblo, verificaron la veracidad de las amenazas y me recomendaron abandonar el país, todo fue muy rápido, pedí refugio político a Costa Rica me lo dieron y salí, para ello me ayudo mucho una ONG de Derechos Humanos en Bogotá. En Costa Rica tienen un sistema de salud muy bueno, siempre me atendieron y me dieron medicamentos, tengo mucho que agradecerles.


¿Por qué regresar?

El activismo en Colombia con los temas de vih, sida, de minorías sexuales y de asuntos de paz, me absorbió casi todo el tiempo y abandoné un poco mi proyecto de vida, yo estudie una carrera y quería ejercerla en mi país, hacer una especialización y en Costa Rica no era posible, aunque recibí buenas propuestas de trabajo en el tema vih y sida.

Me hicieron una propuesta laboral en Colombia y decidí volver, vivir hoy en Colombia es un riesgo para cualquiera, morir de sida ya no lo es para mi, así que viviré con el riesgo, pero construyendo mí proyecto de vida; quiero a mi país y lo extrañe mucho, así como a mis amigos y familia. Ahora vivo en otra ciudad, estoy realizando trabajo con desplazados, con minorías sexuales, e involucrado en asuntos de Paz, (con poca visibilidad), también, abandone el activismo en vih y sida.

El hecho de vivir con vih o haber estado en fase de sida no puede ser una limitante, un estigma o una carga, podemos trascender la enfermedad y continuar viviendo. He terminado un diplomado en Derechos Humanos con la Defensoría, deseo comenzar otra carrera: Derecho.

Quiero ver un mundo mas equitativo en donde todos y todas tengamos un espacio, en donde yo pueda expresarle mis afectos a mi pareja sin ningún tipo de recriminación, donde nadie voltee a mirarme mal por que soy homosexual, un país en donde se genere otro tipo de esperanzas, donde todo el mundo tenga posibilidades de ser alguien, donde la única y primera alternativa no sea la de un fusil, donde la alternativa sea dialogar, entender al otro y la otra, donde la equidad social sea realmente cierta; respetar al otro, a la otra, donde el poder y la autoridad no sean lo único. Sueño con ver a mi país completamente transformado, un país unido y motor de cambio en toda la región.

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